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jueves, 9 de junio de 2011

El PRECIO DE UNA SONRISA

Muchas veces me he preguntado porque cuesta más "arrancarle" una sonrisa a un niño que a otro.
La primera impresión es que el niño que vive en un ambiente más acomodado, es más feliz y si eso fuera así debería de ser más fácil conseguir que sonría. 
Curiosamente, por lo que he podido experimentar, eso no es así sino más bien es todo lo contrario. 
Generalmente cuando más modesto es el ambiente en el que se ha criado un niño, es más fácil hacerle sonreir. Una explicación es que al estar más carente de bienes materiales valora más cualquier pequeño detalle y el mas simple de los obsequios. 
Por contra el niño criado en un ambiente bienestante, está acostumbrado a disfrutar de muchas comodidades y no se le contenta con una nimiedad ya que dispone de más cosas de las que necesita. Entonces se empieza con una escalada de un obsequio cada vez mejor, de más valor económico, más grande etc. y el niño se vuelve "exigente" y se corre el e¡riesgo de que no valore los pequeños gestos, detalles etc.
Ante todo esto y visto el sufrimiento y las condiciones en las que viven muchos niños del tercer mundo me gustaría hacer una

PROPUESTA :

¿Porque no nos mentalizamos a reservar un 5% de los gastos que dedicamos para "caprichos" de nuestros hijos, sobrinos,nietos etc a introducirlos en una hucha y posteriormente donarlos a una ONG que trabaje con los niños del tercer mundo?

Si pensamos que vamos a obsequiar a nuestro hijo con una videoconsola, cuyo precio puede estar a niveles de 200/300 € , el 5% de este importe que sería 10/15 € puede ayudar a "apadrinar" un niño por todo un mes.

Si vamos tres o cuatro personas vamos a una sesión de cine, nos estamos gastando, entre entradas y "chuches" para los niños, palomitas etc, nos gastamos un mínimo de 50€, el 5% de este importe: 2,5€ podría servir para comprar un lifestraw que le permitiría a un niño, que vive en un entorno carente de agua potable, poder beber con garantía cualquier tipo de agua durante un año (700 litros)

Y así sucesivamente..............................

Con el 5% de lo que nos gastamos en "comprar" un rato de felicidad a nuestros hijos, regalamos la felicidad de muchos niños del 3er mundo y veremos muchas sonrisas.Si además se lo explicamos a nuestros hijos, ellos pueden colaborar desistiendo de algún caprichillo, empezamos a crear una conciencia social muy beneficiosa para la formación de nuestros hijos y tremendamente potente para el 3er mundo